Relato #267: Amor malogrado – José Joaquín Pesado

Fotografía de Eva Bronzini en Pexels.com
¿Cómo podré dejar, Filis, de amarte?
¿Cómo, mi bien, no verte?
Si tus desdenes me hacen olvidarte,
tus hechizos me obligan a quererte.

En medio de esperanzas y de agravios,
de halagos y de enojos,
ora temo lo esquivo de tus labios,
ora cedo al imperio de tus ojos.

Caricias que otro tiempo te he debido
me encienden en amores,
y tú, ingrata, me entregas al olvido,
en despego trocando tus favores.

¿Por qué, Filis divina, si en tu seno
tal rigor abrigabas,
vertiste en mis entrañas el veneno
que en tus hermosos labios ocultabas?

¿Y por qué con semblante alborozado
grata me recibías,
si al rasgarte mi pecho enamorado
con tanto menosprecio me desvías?

Así el infante tierno en la floresta
corta la rosa fresca,
y mira de repente que le asesta
la pintada serpiente venenosa.

En tu pecho, de niño, descansaba,
tu corazón latía,
y un destino feliz me presagiaba
que tu afecto inocente gozaría.

Bajaba ricamente por tu cuello,
del céfiro movido,
en rizos desatado tu cabello,
y yo te contemplaba embebecido.

Me arrobaba tu célico semblante,
tu frente tersa y lisa,
el brillo de tus ojos rutilante,
tu dulce voz y tu amorosa risa.

¡Cuántas veces, oh Filis peregrina,
dejé con ansia impreso,
sobre tu bella mano alabastrina
con labio incauto el regalado beso!

No más voluble en la estación florida,
por la ribera amena
vaga la abeja, y liba entretenida
el rojo lirio y cándida azucena.

Más valiera, mi bien, no haberte visto,
que no sentir ahora
este fuego voraz que no resisto,
y el alma y las entrañas me devora.

Pues que los brazos y la voz esquivas
del que quisiste tanto,
pues que aun del ruego sin piedad le privas,
cesen los versos y comience el llanto.

Fuente

Howland Bustamante, Sergio. 1970. Antología literaria de autores mexicanos. México. Editorial Trillas. Pp. 309 – 311.

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